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Las Buenas Intenciones Son Contagiosas

Nueva Iglesia CBF y la pastora Xiomara Reboyras Ortiz se unen para difundir el amor de Dios a la República Dominicana

Por Jennifer Colosimo

Esta, ciertamente no es la más probable de las historias: Xiomara Reboyras Ortiz, una pastora de CBF en DeLand, Florida, comenzó una iglesia en su club de lectura. La versión rápida es que cuando su esposo, Rubén Ortiz, decidió dejar su puesto de pastor local para asumir el papel de Coordinador de Campo Latino de CBF, sus platos se llenaron bastante. La pareja experimentó muchas transiciones mientras se adaptaban a la nueva realidad del ministerio. Anhelaban el ser comunidad y después de un año fue en un club de lectura fue donde Xiomara la encontró. Lo que sucedió a partir de ahí es realmente una historia que vale la pena leer.

Xiomara Reboyras Ortiz es la pastora de Communidad Cristiana Nuevo Pacto, un congregación de CBF de habla hispana en DeLand, Florida. Ella y su esposo, Rubén Ortiz, han sido líderes en la vida de CBF por muchos años.

El club de lectura de Reboyras comenzó con un puñado de personas; familiares y amigos que simplemente compartían el amor por la lectura. Se reunían en las casas de los demás, charlaban sobre libros relacionados con el desarrollo y la práctica de la vida espiritual, la fe y la Biblia. A medida que su grupo superó las respectivas salas de los hogares, algo espiritual comenzó a suceder orgánicamente: se convirtieron en una iglesia. Y debido a la necesidad de ser y vivir la iglesia de manera intencional, así como de la enseñanza bíblica, el grupo comenzó a explorar y organizar el nacimiento de una nueva congregación bajo el liderato de Reboyras, ya que ella ha estado ejerciendo el ministerio pastoral durante 20 años.

Oficialmente, se convirtieron en Comunidad Cristiana Nuevo Pacto y la única iglesia CBF de habla hispana en Florida cuando comenzaron, con alrededor de 30 miembros. A medida que la iglesia continúa creciendo hoy en día, la frase “calidad, no cantidad” se cierne sobre ellos, ya que esta pequeña iglesia sin lugar físico propio donde reunirse, está haciendo cosas realmente grandes más allá de la frontera de los Estados Unidos.

Llamada “Tati” por todos sus amigos, una de las integrantes, Altagracia Reyes, le contó a su nueva iglesia sobre un terreno que había comprado en Sabana de la Mar, República Dominicana y cómo con esfuerzos indescriptibles ella y su esposo Pedro, habían comenzado la construcción de una casa misionera.

Sabana de la Mar es un pueblo en la costa en el lado norte de la isla en la cual un número significativo de su población que vive en la pobreza extrema. Allí no hay electricidad y la gente carece de educación formal, herramientas de desarrollo social y espacios de cuidado emocional. Cuando Reyes regresó a visitarla, casi al mismo tiempo que se unió al club de lectura, compartió los sueños de Dios para esa amada comunidad.

“Dios puso en su corazón construir una casa donde pudiera recibir y albergar misioneros para ayudar a la comunidad”, dijo Reboyras. “Nos habló de personas que viven en muy improvisadas viviendas, durmiendo casi en el suelo. Es una comunidad de personas sin absolutamente nada”.

La comunidad consistía en numerosas chozas o casitas con muy pobres condiciones, construidas por familias quienes carecen de agua potable y electricidad. En la comunidad muchas niñas quedaban embarazadas a una edad muy temprana, ya a los 13 años. Casi ningún niño iba a la escuela. Lo que Reyes aprendió fue que los que asistían a la escuela no se quedaban todo el día y entonces los maestros rápidamente perdían interés en tratar de enseñarles. La mayoría abandonaba la escuela antes del tercer grado. Como en un círculo vicioso.

Hogar Arcoíris es un ministerio que tiene como objetivo sanar ciclos generacionales de analfabetismo, pobreza y ruptura familiar en la República Dominicana. Lo hacen a través de la enseñanza a niños en edad preescolar, la preparación para el primer grado, el acompañamiento con mentores y consejería, así como la presencia activa con recursos en caso de emergencias.

Observar esto le hizo sentir dos cosas a Altagracia: le rompió el corazón, pero también la inspiró a ver el llamado de Dios. Compartió lo que estaba sucediendo en Sabana de la Mar con su pequeña iglesia en Deland, y la Comunidad Cristiana Nuevo Pacto decidió, como fuera posible, unirse a ella en este hermoso ministerio.

El nombre del ministerio es Hogar Arcoiris, y tiene como misión objetivo el interrumpir los ciclos generacionales de analfabetismo, pobreza y quebrantamiento familiar al educar a los niños en edad preescolar, prepararlos para el primer grado a través de la tutoría y el asesoramiento a las familias, proporcionando recursos de emergencia y generando un sentido positivo de comunidad. La congregación se unió para recaudar dinero, para ayudar a financiar el proyecto. Gran parte de los fondos han sido donados directamente de Tati y Pedro, quienes alquilaron todas las habitaciones de su propia casa para así poder solventar la construcción de la casa y su funcionamiento.

Hoy día, el Hogar Arcoiris no es lo suficientemente grande como para acomodar la necesidad de escolarización en la comunidad; por lo que su próximo objetivo es comenzar a trabajar en un nuevo “edificio escolar”. Al completar la construcción de una nueva escuela, la casa principal puede cumplir su objetivo original de albergar misioneros, maestros y voluntarios para trabajar en la comunidad.

Reboyras ayuda reuniéndose con ingenieros para discutir qué construir en ese nuevo edificio y cómo convertirlo en algo que pueda crecer con las necesidades de esta comunidad. Con el liderato de Tati, se apoyan en su pequeña pero poderosa congregación y amigos del ministerio para recaudar dinero para los salarios de los maestros, útiles escolares, alimentos, recursos y la capacidad de reconstruir algunas de las casas de la comunidad. Ya han podido instalar pisos y techos en algunas de los hogares que albergan a familias que se han unido al equipo de trabajo del Hogar Arcoíris.

Y, en el espíritu de romper ciclos, la hija de un residente de la comunidad y una de las personas que colaboran mano a mano con Tati en la escuela, es hoy día estudiante universitaria preparándose para enseñar a las próximas generaciones.

“Espero que la gente pueda reconocer el poder de esta historia”, dijo Reboyras. “Cuando una sola persona es apasionada y comprometida con algo, otros lo seguirán. El sentimiento que viene con hacer el bien a otras personas en el mundo es contagioso. Y una vez que inicia, puedes hacer mucho. Nunca he visto a nadie discernir la voluntad de Dios y el amor de Dios por una comunidad de la manera en que Tati lo hace por nuestra gente en Sabana de la Mar. Ella no tiene miedo, y creo que ese es el más importante mensaje de esta historia.

“Ha sido increíble ver el impacto inmediato que este trabajo misional tiene en las personas de la comunidad”, agregó Reboyras. “He visto mucha pobreza en diferentes áreas de América Latina y el Caribe; pero esto, esto es otra cosa. Y estos niños que ni siquiera sabían decir ‘hola’ o ‘cómo estás’ ahora están aprendiendo a leer y escribir e interactuar entre sí. Es simplemente increíble”.

Reboyras también ha podido conectarse con otros pastores en Florida, así como con otras congregaciones de CBF para obtener el apoyo y asociarse en la construcción de la nueva escuela. Esa es otra bendición porque, después de graduarse de la primera clase en mayo pasado, la escuela ya tiene una lista de espera para el próximo año escolar además de que ha surgido interés de padres de otras comunidades para matricular a sus niños en el Hogar Arcoíris a raíz del impresionante impacto académico y social en los niños y las familias en Sabana de la Mar.

“Todavía tenemos mucho que hacer y mucho dinero que recaudar”, compartió Reboyras. “Ninguno de estos son nuestros problemas; es un asunto de Dios. Solo necesitamos ser un medio para la solución de Dios”.

El grupo está trabajando con Reyes hacia tres objetivos: Primero, la escuela debe estar terminada, más maestros deben contratarse y entrenarse para implementar un plan de estudios como EduK, que ya está establecido en México con el liderazgo de Javier Pérez de CBF Global Missions.

Si bien la meta es un año, Reboyras confía en que debido a que Dios puso esto en sus corazones, sucederá. Su oración es que, al igual que los libros que leen juntos, este es solo el comienzo de una gran historia en Sabana de la Mar.

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